07 agosto, 2009

Sobre la oración

Author:katiebate Link:http://www.everystockphoto.com/photo.php?imageId=870468













Es mucho lo que se ha escrito al respecto de la oración, no pretendo escribir como erudito del tema, ni tampoco como entendido, pues como dice la Escritura: nada se como debiera 1 Co 8:2 "Si alguno cree que sabe algo, no ha aprendido todavía como lo debe saber;" , o también como Pablo dijo: 1 Co 2:4 "Y ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría,[...]".

Solo me gusta escribir en algunas ocasiones, y espero sea este para la gloria y alabanza de Dios.
Luego de está pequeña aclaración continúo. Específicamente sobre la oración y el predicador, o aquellos que buscan o intentan hablar sobre la Palabra de Dios.

A muchos nos ha sucedido luego de ver que la doctrina u enseñanza que hemos recibido no es la correcta, o que hemos vivido engañados (No se por ej: "que los tres reyes magos no se llaman, Melchor, Gaspar y Baltazar; pues no se mensiona en la Escritura"), surge en nosotros por la obra del Espíritu Santo un profundo deseo de conocer la verdad; de saber y conocer a Dios.

Aclaro que el ejemplo que cito no es de lo mas esencial que se ha obviado por todo el mundo, haciendo de lado muchas enseñanzas fundamentales, aún para la misma salvación de la persona.
Ahora si el Señor en su misericordia te ha salvado, anhelas y deseas con todo tu corazón hacer todo lo que dice en su Escritura, aunque te encuentras con que es imposible, para ti. El en su misericordia te empieza a enseñar que solo a través de Cristo es posible y que solo con la ayuda de su Espíritu puedes hacer su voluntad. La lectura de su Escritura se hace esencial y para ti es imposible no permanecer en ella ,aunque en muchas ocasiones, la dejes de lado, siempre vuelves a ella.

Y quieres conocerla mejor, saber que dice Dios para ti, te encuentras con miles de herramientas para aprender a estudiarla correctamente: "Exégesis, hermenéutica, teología sistemática, comentarios, diccionarios, predicadores, libros." En medio de todas estas cosas si El Espíritu está en ti, la oración; La comunión con Dios, lo que Jesucristo restauro por medio de su muerte y resurrección; ha acompañado y ensalzado cada lectura, cada noche y mañana, aun tus alimentos; cada instante.

Pero de manera extraña e inconsecuente, por la abrumadora cantidad de información al respecto de la Escritura, de la revelación de Dios, de la hermosura de permanecer y conocer su consejo. Te alejas de lo verdaderamente importante, y tu estudio bíblico, el estudio de su Escritura se convirtió en tu ídolo. Si, crees que porque estudias la escritura todo esta bien, que haces lo que Dios espera de ti, aun si esto ha hecho de lado la oración al Dios de tu estudio, y solo se ha convertido en algo mas, que sabes DEBES hacer, pero estas mas ocupado en tu teología y exégesis.

De ninguna manera asevero que no es correcto el estudio de la Escritura, ¡Es esencial!, pero como nuestro Señor nos enseño debemos conocer que las intensiones del corazón son de continuo al mal. Tristemente te hayas dependiendo de conocimiento, y no del poder del Espíritu de Dios, dependiendo de tus herramientas bíblicas y no de la revelación que viene por su Espíritu.

¡OH! Cuan triste es nuestra condición, querer depender de nosotros mismos, de lo que adquirimos con nuestras manos, en vez de recibir humildemente de la mano del Creador su gran bendición, que es el conocerle. Hacemos de lado, el estar apoyados sobre nuestras rodillas en la palma de la mano del Sustentador del mundo, por apoyarnos en muletas, ya quebradas de antemano. ¡Como si le hubiéremos conocido en nuestra muerte por conocimiento teológico¡, ¿Acaso cuanto sabias cuando despertaste del letargo, y de tu eterno camino a la perdición? Ni conocías a Cristo cuando andabas en la oscuridad, y ahora que te ha alumbrado con su Perdón, lo rechazas por el mucho conocimiento. Acaso no dice la Escritura: Ef 2:8 “Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.”, pero recuerda también que la Escritura dice: Stg 2:18 “Pero alguno dirá: Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.”, Pues la fe se hace evidente por las obras.

No quieras huir de este asunto refugiándote en las muchas doctrinas, solo permite que su Espíritu te convenza, y te atraiga de nuevo, al dulce consuelo de Nuestro Señor Jesucristo, el escoger la mejor parte, Luc 10:41 El Señor le respondió: -Marta, Marta, estás preocupada y molesta por demasiadas cosas, 42 pero sólo hay algo realmente importante. María ha escogido lo mejor, y nadie se lo puede quitar.” Estar a los pies del Maestro, escuchándole aun en medio de su silencio. Vuelve al cuarto secreto, a obtener los tesoros de Jehová, pues también dice: Jer 33:3 "Clama a mí, y yo te responderé y te revelaré cosas grandes e inaccesibles, que tú no conoces."

Te dejo con este pequeño aparte de El Predicador y la oración, de E.M Bounds. Pág. 18

“La predicación que mata puede tener conocimiento, y alcance de principios, puede ser estudiada y crítica en gusto; iluminada por pensamientos filosóficos y trascendentales, examinada eruditamente como un abogado que estudia sus libros de testo para formar sumario o para defender su caso. Y sin embargo, ser semejante hielo homicida.

La predicación de la letra puede ser elocuente, esmaltada con la poesía y la retórica, rociada con oración sazonada con la sensación y, no obstante, parecerse a las hermosas flores que cubren el féretro de un cadáver. Bajo tal predicación, ¡Cuán amplia y total es la desolación!¡Cuán profunda la muerte espiritual!

Esta predicación de la letra tiene que ver con la superficie y sombra de las cosas, y no con las cosas mismas. No penetra en la parte interior. No tiene profundo conocimiento interno, ni fuerte alcance de la apariencia es la cáscara, cáscara que tiene que ser rota y traspasada para obtener la almendra. Es una predicación sin unción, no sazonada ni oleada por el Espíritu. Tal vez produzca lágrimas, pero serán lágrimas volátiles, como viento de verano sobre una montaña de nueve… Quizás, cause sensación y ardor, pero será la emoción de un actor dramático.”

“[…] Un dato más: La Predicación que mata es, sobre todo, predicación sin oración; mejor dicho, es oración <>, que mata. Largas, discursivas, secas y vacías suelen ser este tipo de oraciones en muchos púlpitos. Sin unción o corazón, ellas caen como un hielo mortal sobre todas las gracias de adoración. Son oraciones que imparten muerte. Todo vestigio de devoción ha perecido bajo su aliento. Cuando más muertas son, más largas se hacen.

Una súplica por la oración corta, viva, verdadera, nacida del corazón, oración por el Espíritu Santo directa específica, ardiente, simple, untuosa, en el púlpito es, pues, el único antídoto contra la oración que mata. Y se necesita una escuela para enseñar a los predicadores cómo orar, más que todas las escuelas teológicas juntas…

¡Alto! ¡Detengámonos, y reflexionemos! ¿Dónde estamos? ¿Qué estamos haciendo? ¿Predicando para matar? ¿Acaso no deberíamos descartar para siempre la maldita predicación que mata y la oración que mata, y hacerla una cosa real, la cosa más poderosa donada del Cielo a la Tierra, y traer los abiertos e inagotables tesoros de Dios para las necesidades y mendicidades del hombre?”


Gracias a ti Señor por tu Salvación, por tu misericordia y por nuestro Señor Jesucristo. Sea esto de gran provecho a todo el que lo lee, y tu Espíritu renueve y reforme nuestro corazón, para así aprender a vivir para tu Gloria. Amén.